miércoles, diciembre 21, 2005

Un empresa a la cima de la tierra


Hace unos días participé en un taller de liderazgo y de trabajo en equipo, en donde uno de los expositores fué Claudio Lucero, quién actualmente es el Director de la Escuela Nacional de Montaña (ENAM).

Su tema fué compartir con nosotros su experiencia en la ascención al monte EVEREST después de 3 intentos previos, fallidos. Sí, digo 3 intentos fallidos pues sólo en el 4° lograron la cumbre como es sabido por todos y no tan sólo eso, lo hicieron por la ruta más difícil, por donde sólo 3 expediciones previas habían intentado cumbre, resultando sólo 2 exitosas. A modo de referencia, por la ruta normal de ascensión (Valle del Khumbu) a fecha de la expedición, habían pasado más de 100.

Fué muy emocionante y humana la charla, pues enfocó la proeza desde el punto de vista de la superación de los límites personales y el rompimiento de paradigmas de la idiosincracia chilena.

No me voy a referir a lo factores que influyeron en los fracasos previos, que por cierto les implicó un enorme aprendizaje, sino en los aquellos claves que permitieron el éxito y que detallo a continuación:

Compromiso con el éxito, todos y cada uno de los integrantes de la expedición se mentalizaron con que serían capaces de lograrlo. Aparte de los preparativos propios de una expedición como esta, comenzaron a entrenar desde las 21 a las 23 horas, ¡Todos los días y durante 18 meses! pues todos tenían sus respectivos trabajos. Los fines de semana, a subir cerros.

Objetivos Claros y Compartidos, el objetivo no era que todos hicieran cumbre, sino que un equipo de 2 o 3 personas serían los que atacarían en objetivo final, independiente de las ambiciones individuales y los intereses particulares.

3° Etica, establecieron un código ético que mantuvieron y se rigieron en todo momento. Ninguna vida vale una cumbre.

4° Equipo, que gran palabra. De amplio significado, muy manoseada en la actualidad, pero esencial en un contexto como el descrito. Dejaron de ser un grupo de personas con un interés común y se transformaron un equipo tras un sólo objetivo, trás un sólo sueño.

5°Innovación, que bonita palabra, pero que significa en la realidad. Bueno, en su caso fué analizar todos y cada uno de los errores cometidos anteriormente, de manera tal de no repetirlos. Investigaron la ruta con las expediciones anteriores, mejoraron equipo. optimizaron comida, etc.

6° Planificación, aplicada al caso, el considerar cada factor desde la salida de Santiago hasta la cumbre, dejando un razonable margen para los imponderables que se pudiesen presentar.

Todos estos elementos, sumados al factor clave de la expedición, las personas, permitieron que por primera vez una expedición chilena logrará la cima del techo del mundo y por la ruta de los imposibles la del Kangshung.

Qué logro no! Lo anterior es un ejemplo vivo de como trabajan los equipos de alto rendimiento y totalmente aplicable a la realidad de una empresa cualquiera. En otras palabras, enganchándome con mi anterior post, lo importante es lograr reconocer que nuestros límites nos los ponen nuestras propias cegueras, superarlos sólo está en que nosotros mismos y nuestros equipos crean que es posible.

Si lo anterior puede sonar cliché, les cuento que Lucero está preparando una expedición a la cumbre del Lothse con 8.516 mts. a sus 72 años para el 2006.

Superar los límites, que ejemplo no!

4 comentarios:

Leonardo dijo...

buen comentario, otro elemento que creo importante y que no puede faltar o quizás está en el punto 1, es el sueño compartido, este elemento es el motivador final, un equipo sin un sueño es más difícil de motivar

Ramón dijo...

Buen Post! Comparto la opinión de Leonardo, probablemente una de las claves principales del éxito, fue el estar convencidos de que lo podían lograr. Felicitaciones!

Andrea Brandes dijo...

Que buen post!
No te puedo creer que Claudio Lucero tiene 72 años...!
Las cosas que pasan en la montaña son asombrosas, y me parece muy valioso rescatarlas para que nos sirvan en la vida cotidiana. Si nuestros equipos de trabajo tuvieran una porción de la coherencia, fuerza y confianza en el otro que requiere un equipo en la montaña, entonces estaríamos al otro lado. Claro, son compromisos extremos en condiciones extremas, pero que nos enseñan que es posible.
Hace muchos (pero muchos) años, tuve un pololo andinista (Jano Izquierdo, hoy tiene 12 hijos!!!(claro que no conmigo, aclaremos!))
y subí harto a la montaña. Ahí me dí cuenta de la maravillosa sintonía: está el cerro, estás tu, y un montón de posibilidades y variables que se van combinando cada minuto.

Anónimo dijo...

MUY BUENO LO PUBLICADO.....

AHORA TENGO 53 AÑOS, Y EN 79 TUVE LA OPORTUNIDAD DE SUBIR EL PLOMO CON EL PROFE LUCERO, TODO UN LIDER.
HA DEJADO MARCADO A FUEGO EN EL CORAZON DE SUS PUPILOS UNA VISION DISTINTA DE LA VIDA.
TE ADMIRO LUCERO, FUERZA...